El conservar siempre en óptimas condiciones tus pinceles o brochas es muy sencillo si sigues una regla muy básica: cuanto antes los limpies mejor podrás eliminar los restos de pintura y más elásticas quedarán sus cerdas.
Y después de lavarlos déjalos boca abajo con las cerdas colgando para que éstas se sequen en posición vertical y no se deformen. Así estarán en perfecto estado para el siguiente uso. Tus brochas y pinceles te lo agradecerán…y tu cartera.